lunes, 31 de mayo de 2010

Florencia visita Sevilla

Los padres de mi novio visitan el próximo jueves a su hijo en esta, nuestra ciudad. No los llamo suegros porque me rechina la palabra, y además, porque, qué diablos, yo no estoy casada. Bueno, a lo que voy. El tema es que los precedentes que conozco de mamma italiana no son muy esperanzadores. Dicen de ellas que son posesivas, intransigentes y que tienen la cabeza dura como las piedras, sobre todo si se les toca el bambino. Claro que yo juego con ventaja, no mucha, no creáis, si no fuera porque Massimo tiene un gemelo-Luca-que llena un poco el vacío de su ausencia desde que vive, hace ya nueve meses, en España. Teniendo en cuenta que yo tengo una vena flamenca y la madre de mi novio piensa que algún amarrijo le he hecho yo al niño para que se quede aquí-con la caló que hace en Sevilla-, mal vamos.
Me pregunto ahora cómo fue la primera vez que visteis a vuestros suegros-los que estáis casados, claro-y cómo se afronta el momento en el que, por hache o por be, se mete la pata. Pongamos por ejemplo que estamos en un restaurante comiendo paella-qué propio, con lo poco que me gusta a mí lo valenciano- y a mí se me ocurre hacer una de las mías, como tomar prestados cojines o cualquier otro detalle para decorar el lugar... Vale, sé que eso no debo hacerlo. A lo mejor meto la pata intentando hablar italiano, y donde se pone una o pongo una a y al final termina aquello como el rosario de la aurora.
Me conformo con que la signora se vaya tranquila, porque su hijo está contento-o eso pienso yo-y el signore se coma a gusto a la paella. Eso y unos zapatos planos por si me toca salir corriendo, diciendo arrivederci. Menos mal que 48 horas se pasan corriendo y Florencia, por suerte, esta vez, queda un poquito lejos.
Feliz lunes a todos.

viernes, 28 de mayo de 2010

Gli ostacoli del cuore

Esta canción, para los que ya me conocen, cuenta una parte de la historia de mi vida, la misma que te enseña que cuando deseas algo con mucha fuerza, nada es imposible.

De nuevo, gracias Terita, por el ramillete de canciones ;)

Feliz fin de semana a todos.


jueves, 13 de mayo de 2010

No hay mal que por bien no venga

Hace apenas una semana terminé mi trabajo en el colegio privado donde he pasado dos meses de quasi tortura. Durante el último mes me he estado planteando seriamente si quiero dedicarme a la enseñanza o no. No sé si alguna vez os habrá pasado...
No voy a nombrar el centro en el que he estado, porque no se merece ninguna publicidad gratuita, ni buena ni mala. Describir las cosas que me han pasado allí es meter un poco el dedo en la llaga,y el motivo de mi cese es más irrisorio todavía que los esperpentos con los que he tenido que enfrentarme cada día.Y es que no hay motivo específico, solamente, según palabras de la directora: "él ha dicho que tú lo sabes". Sólo puedo decirle a ese señor, a ese director -que si no fuera por las canas que tiene se merecería que le dijera unas palabritas bien dichas- "gracias". Gracias por librarme del infierno de dar clase todos los días sin ganas, por dejar que parara de expulsar alumnos por cualquier motivo, por permitir que deje de sufrir los caretos y los silencios de mis compañeros cada vez que se les pregunta por qué echan a un profesor todos los meses, por dejarme cobrar los cinco días de nómina que me faltaban en la última, más de cien euros, por cierto. Gracias por devolverle los rótulos y las banderas de Italia a mis camisetas, la vida a mis vaqueros, que tuve que guardar en el armario para no escandalizar a los alumnos. Después de todo, muchas gracias.
Usted me despide -con la jefa de estudios como correvedeile- y yo, me voy encantada.
En fin, vosotros tendréis vuestra propia opinión y ya sé que muchos me diréis que tengo que imponerme más y no tirar la toalla. Yo os propongo que paséis unos días trabajando en ese centro, os lo dice una que de aguantar sabe un rato, y hagáis caso de ese otro refrán que dice que nadie escarmienta por cabeza ajena. Y si las cosas están así en el mundo de la enseñanza, señores, yo me retiro, una plaza más, un disgusto menos y el título de Licenciada lo cuelgo de adorno, en la pared de mi casa.