jueves, 28 de octubre de 2010

Facturas sombra

Este es el nombre que se le da a unos papelotes que la Junta de Andalucía ha decidido imprimir para concienciar a los ciudadanos de la noble función que la sanidad pública hace por nosotros cada día, operándonos de cataratas, utilizando laparoscopias o pasando consulta en nuestro ambulatorio correspondiente.

A partir de ahora, cuando visite a mi médico por la causa que sea, me voy a sentir culpabilísima porque el Doctor me tendría que cobrar la friolera de 60 euros por recetarme el paracetamol de todos los días, y ese dinero que no estoy pagando, me pregunto yo ¿en qué se invertiría? Si es en investigación y en adelantos, alabados sean los euritos en cuestión, pero si no, me da a mí que si a algún facultativo le da por entregarme una factura sombra por el quiste que me curaron este verano, lo que a iba a ver la luz sería otra cosa...

Que pasen ustedes una feliz tarde de jueves.

domingo, 24 de octubre de 2010

La San Fer

La San Fer es mi bar. Entiéndase, es mi bar favorito. Es el bar del "rinconcito mágico". Es el bar de los cubatas al salir de clase los viernes por la tarde. Es el bar de la canción "Mediterráneo". Es el bar donde acusé a Isra de traer la viruela, el bar donde lo conocí. Es el primer bar que pisó Massimo cuando voló hasta a mí, a Sevilla. Es el bar de Grego y Luis, y viceversa. Es el bar de Salva. Es el bar de las confesiones amorosas y no tan amorosas... El de las primeras cervezas de los interminables días con Juanca. Es el bar de después del examen de Dialectología, el último. La San Fer es mi bar. Es el bar que celebraba la fiesta de Navidad cuando salí de viaje por primera vez a Florencia.
Y seguramente es un bar que no le gusta a casi nadie, con sus azulejos de aquella manera y su aspecto roído. Con las banquetas que pesan como marmolillos y tus manos, que al pasar por debajo de la barra, se quedarán pegadas. Y es el bar del olor a rancio, de la fritanga, de la tostada con paté y el batido de vainilla, de la tortilla de patata de tres pisos y doce huevos. Es el bar de Ana, de Paola, de Tere, de Marta, de Merche, de Enrique, de Sandra, de Víctor, y es mi bar. El bar en el que sabes a qué hora entras, pero nunca a qué hora sales, donde siempre encuentras una charla amiga que compartir. Y sus paredes encierran una parte de mi vida, y cuando vuelvo a él siempre me parece recuperarla.
Por eso, cuando salgamos de paseo, no me entenderás, pero te llevaré a la San Fer.

martes, 12 de octubre de 2010

Pereque

Para celebrar este maravilloso y soleado día de la Hispanidad, me parece justo daros a conocer una expresión que, aunque viene directamente de Hispanoamérica, mi madre utiliza a su modo. Yo, como ella, tengo uno de esos días en los que estoy "hasta el perreque" de todo, incluyéndome a mí misma. Luego, dando una vuelta por la red me encuentro con esto:

pereque.

1. m. Col. y Hond. Molestia, impertinencia.

2. m. El Salv. obstáculo (impedimento).

3. m. El Salv. argucia..

4. m. El Salv. Cosa que se repite fastidiosamente.

5. m. Nic. Fiesta acompañada de música, baile y bebidas.

poner en ~ a alguien.


1. loc. verb. coloq. Col. Incomodarlo, hacerle objeto de bromas, burlas o chanzas.

Pues eso. Que estoy hasta el perreque del pereque.

Que paséis una feliz tarde de 12 de octubre.

domingo, 3 de octubre de 2010

Nueva campaña de la FAD


Siempre he tenido claro que si algún día un alumno me ponía un mote no querría saberlo, pero después de la aparición de la nueva campaña de la FAD para homenajear a los maestros de toda España, me lo estoy pensando.

Cuando llegué al colegio los apodos ya estaban puestos y eran muy duros, no voy a entrar en ellos pero aquello parecía el campo semántico de un zoo... Y en el instituto, unos estaban ya y otros los pusimos nosotros. "El Pompeyo" era el de Griego y Cultura Clásica, "Gargamel" era el de Latín y el de Historia "el Cucaracha", por no mencionar otros que de gentiles tienen poco. A los grandes de la facultad, y digo grandes porque lo son en todos los sentidos, les hemos dedicado apodos mejores, como el de "la Pantera rosa". Luego resulta que llegas a licenciarte y al terminar la carrera opositas, así que también encontrarás apodos para tus preparadores y algunos de ellos muy bien aprovechados, tanto que uno ya se hace dueño de sus propios motes.

Coincido pues con la campaña y le dedico esta entrada a todos los profesores y profesoras que me enseñaron algo en la vida, que han sido muchos. Y os pido perdón. Gracias.