El aire se llena de buenos propósitos en días como hoy, pero yo, en este año que se va, he perdido hasta las ganas de proponérmelos a mí misma.
A 2012 le pido paciencia, porque la que tenía, se me agotó. Bueno, eso y otras mil cosas que no voy a mentar para evitar la sensación de resaca y la frase de "este año tampoco".
En fin, que en medio de todo este pesimismo y toda esta fastidiosa decepción de 2011, os deseo un Feliz Año Nuevo y os dejo con las primeras imágenes del recién llegado capicúo en la otra parte del mundo, allá por Australia.
Puebla Marina XV: La casa que respira tarde
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¿Dónde se guardan las casas que dejamos a medias dentro de nosotros?
¿En qué rincón de la memoria se quedan las puertas que no nos atrevimos a
abrir del...
Hace 3 días
