domingo, 21 de noviembre de 2010

Mesario 23

A Massimo, por mis 23 meses junto a él y al amor, al amor que duele, porque el amor duele, como un retortijón de barriga, como un aguijón en el estómago, como el hilo o el folio que corta la piel de un dedo desnudo.


Mi amiga Laura, me regaló hace poco un libro infantil, de Rébecca Dautremer, titulado Enamorados y en la conversación entre dos niños se lee esto:

-¡Puff! estar enamorado, eso no pasa nunca-suspiró Leonardo.
-¡Sí que pasa, cada día!
-¡Y es para siempre!
-¿Y para cinco minutos no?
-¡No!, ¡es para toda la vida!
-¡Oh!, pero eso es demasiado tiempo, ¿no?-dijo Salomé.

...

domingo, 14 de noviembre de 2010

Y llegó Manuel...


Mi familia es una de esas familias donde el mando lo tienen las mujeres. Mi abuela, siendo niña, llegó de Córdoba montada en burro y se quedó en Sevilla, con sus tres hermanas. Ya apuntaba maneras mi genealogía femenina, porque mi madre fue la pequeña de otras cinco niñas nacidas todas en el barrio de Triana.

Bastantes años después mis padres me compraron ropita azul y nací yo. Imagino la cara de mi padre cuando vio a esta criaturita sin pelo, esmirriada y larguirucha, llorando y él diciendo "Ea, otra niña...". Tuve la suerte de ser la pequeña de tres hermanas y una de ellas me hizo tía hace ya casi 18 años. Esta vez vino a mi mundo de matriarcado una preciosa niña, de nombre Triana, que hizo las delicias de sus padres, abuelos y tías. Lo que yo no sabía es que el destino nos reservaba todavía otra fémina más, Nazaret, mi segunda sobrina, aficionada a la danza y a la Hello Kitty.

Hace unos meses otra de mis hermanas me daba una gran noticia y se rompieron los esquemas hasta para mi madre, la versión trianera de Bernarda Alba. Esperaba un niño que nació el pasado día 9 y que lleva el nombre de origen hebreo de mi padre, Manuel. La emoción ha sido tan intensa y la semana tan larga que apenas tengo palabras para el retoño que será el príncipe de mi familia de mujeres. Y no sé si mi sobrino traerá un pan u otra cosa debajo del brazo, lo que sí sé es que cuando lo miro siempre me acuerdo de lo que significa su nombre y Dios , esta vez, junto con el pequeño Manuel, sí que está con nosotros.